domingo, 9 de junio de 2013


La mayoría de la gente escribiría en su perfil cosas sobre lo que le gusta, su película favorita, su canción más admirada… Yo he venido aquí para arreglar algo, no hay tiempo para mis cosas.
Esto se parece más a una redacción que a un perfil, pero yo lo quiero así. Podría hablaros de muchas cosas que no son mías, pero creo que lo más conveniente es contaros algo que yo realmente quiero expresar.
Decirme, ¿Alguna vez os habéis preguntado qué es una heroína? Yo lo he hecho esta mañana, hace unas horas. Antes para mi una heroína eran las novias de los superhéroes de las películas, vestidas con ropa sexy y con superpoderes impresionantes. Hoy he averiguado que una heroína no necesita saber volar para tocar el cielo.
Tengo unas cuantas heroínas. Algunas son simplemente personas que vi un par de veces, otras son personajes irreales que leí en los libros, pero hay una que si existe, es la más real de todas.
Como todo el mundo sabe la gente así tiene una identidad secreta. Mi heroína también la tiene. Yo ni siquiera se su nombre real, simplemente la conozco como todos. Cuando está con nosotros se olvida de todo lo demás, de todos sus sorprendentes poderes, de todas las vidas que ha salvado, pero no siempre se puede esconder. Cosas insignificantes como saber hacer un huevo, ordenar la casa en tiempo record, o incluso encontrar cosas perdidas en lugares inquietantes, ellas las hace mágicas. Es su forma de alegrarlo todo, de hacerme sonreír, de conseguir que los días grises se vuelvan soleados, es mi heroína favorita.
Algún día pienso preguntarle su nombre real, ese que utiliza para salvarnos la vida en todo momento, esa persona que vela por nosotros cada noche cuando yo cierro los ojos. Ese nombre que está en todas partes, pero que ni siquiera yo consigo ver.
De momento, me conformo con llamarla Mamá. Y la quiero, no por se mi heroína, sino por ser ella, la mejor de todas.

sábado, 1 de junio de 2013

Si caes


Ayuda saber que yo pronto voy a caer y saber que tu estarás ahí, un pajarillo de ojos verdes que me controla como una madre a sus polluelos. No tiene mucho sentido que un día despierte con un corazón vacío como veo hacer a otras personas. Aquel pajarillo que me cuida no tiene nombre ni perdón, solo un pensamiento cerca del corazón, rozando las venas que me hacen temblar. Si, ella jamás me ha dejado que tropiece con ninguna piedra, ni siquiera dos veces, yo tampoco la dejaré caer.
y si caes, que sea eternamente de mi mano.