Nara mordió la manzana que le había dado Carlos, mientras
revolvía en su mochila en busca de su blog de dibujo, donde tenia sus mayores
obras de arte. Adoraba dibujar en el bosque, era como una droga para ella, y le
encantaba. Solía pedirle a Kris que posara para ella, pero ya tenia demasiados
dibujos de la rubia, así que empezó a dibujar a Carlos, mientras éste asaba el
conejo. Fue fácil, pues el chico casi no se movía, aunque seguramente no sabía
que lo estaban dibujando. No tardó más de media hora en terminar, y justo
cuando el chico sacaba el conejo de la hoguera, firmó la hoja.
Se la enseñó a su propietario, mientras éste abría los ojos
como platos y la miraba de ito en ito.
—¿cuánto tiempo llevas dibujandome?— preguntó, impresionado.
—mas o menos desde que empezaste a asar el conejo— contestó
la chica, mientras cerraba el blog y lo guardaba de nuevo en su pequeña
mochila.
—podrías dedicarte a eso, ¿sabes?— dijo, mientras retiraba
el conejo del fuego- vender tus dibujos y ganar algo.
Nara lo miro. A veces le costaba entender por qué se peleaba
tanto con su hermana, los dos eran buenas personas, amables y divertidas,
aunque entre ellos tenian tantas diferencias que eran inevitables als guerras
que tenían, aunque a los ojos de Nara solo eran dos hermanos que se querían
mucho.
—no sería capaz de ponerle precio a mis dibujos— contestó
simplemente, guardando el lapiz en un lateral de la mochila.
-¿por qué no?- preguntó Carlos, cortando en pequeños pedazos
en conejo.
—no me gustaría verlos en manos de gente que no me gusta—
Hola Berdii
ResponderEliminarhttp://contramaltratoanimales.blogspot.com.es/
jijijij
ResponderEliminarfea
Eliminarfea tuuuuuu
Eliminarpinto pinto tu!!!
ResponderEliminaro what the fuuuuuck!!! jajajajjajaja
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